Más recuperado del viaje a Madrid (demasiados kilómetros de carretera en pocos días), vuelvo de las I Jornada de Juego, Gamificación y Aprendizaje (#JGA17) con una nueva experiencia en la mochila y varias sensaciones para compartir. Y hay de todo, cosas buenas y cosas a mejorar, of course.
Un inmenso honor por compartir cartel con grandes docentes y profesionales, referentes todos,con aplauso especial a los miembros de gamificatuaula y a los coordinadores de las jornadas en concreto. La vibraciones en el ambiente de compañerismo y frente común recargaron la batería del cambio educativo (aunque sea en el aula) que el día a día docente y factores externos se encarga de descargar.
Un sincero agradecimiento al puñado de compañeros (más de los que esperaba) que vinieron a verme hablar del proyecto gamificado de “Los Protectores”. Con pequeños fallos y prisas, sabed que la atención, participación y los comentarios (¡incluso agradecimientos!) de varios de vosotros han henchido a este aprendiz. La próxima, mejor.
Una boca abierta hasta el suelo por la cantidad de proyectos innovadores, integradores y lúdicos que se pudieron percibir, así como a sus perpetradores. Ya me explicareis de donde salen las energías.
Un abrazo cómplice a todos aquellos que se desvirtualizaron y demostraron existir más allá de las redes sociales, a la gente conocida y a la por conocer.
Un firme empujón que permita gestionar mejor los problemas de gestión del público, evitar retrasos horarios y permitir que fluya más suave la jornada.
Y una sensación de querer más, pues esto solo está empezando.
Por cierto, si buscáis crónicas más detalladas de la jornada, tenéis aquí la de Natxo Maté, la de Jose Luis Redondo, la de Noemí Blanch, la de Isidro Rodrigo, la de María Jesús Campos, la de Pepe Pedraz, la de Pablo Sotoca... y la reflexión desde la organización.
(Y una deuda impagable a #ella, que no ha dejado de apoyarme en ningún instante.)
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